Nómadas Este de Chequia: Kutná Hora, Litomysl y Olomouc21/06/202556:23

Porque los tesoros de la República Checa no terminan en Praga y Český Krumlov, hoy planteamos una ruta de trescientos kilómetros hacia el oriente de la capital. En uno de los países con más densidad de lugares Patrimonio de la Humanidad, será fácil engarzar tres ciudades con sello Unesco. La primera, Kutná Hora: nacida y ennoblecida al calor de la minería de la plata, fue entre los siglos XIV y XVI capital financiera de Bohemia. El guía Míra Vrána nos muestra edificios históricos que preservan su esencia. La Corte Italiana fue casa de acuñación e incluso residencia real. Caminamos hasta la iglesia de Santiago, el enorme colegio de los jesuitas y la catedral de Santa Bárbara, los principales monumentos religiosos del centro. En el cercano barrio de Sedlec aguarda su famosa capilla osario, con decenas de miles de esqueletos convertidos en arte, y la catedral de la Asunción de Nuestra Señora y San Juan Bautista, con su peculiar combinación de gótico y barroco fruto de la gran restauración llevada a cabo por el arquitecto Jan Santini. En la siguiente parada de nuestro viaje, Litomyšl, nos espera el guía Tomáš Fila. Desde la alargada y colorida plaza dedicada a su vecino más ilustre, el compositor Bedřich Smetana, buscamos algunas de las mejores panorámicas de esta ciudad, en las que siempre figura su castillo. Lo recorremos en compañía de la profesora Lenka Filová. Además, el guía Libor Paullus nos enseña la cervecería del palacio, que hace dos siglos fue casa natal de Smetana, pues el padre del músico dirigía el negocio. Antes de abandonar Litomyšl visitamos la original iglesia de los escolapios con su responsable, Helena Marie Hendrych. Muy cerca, la conservadora del desconcertante Portmoneum, Hana Klimešová, nos abre las puertas de esta residencia decorada por el inclasificable escritor y artista Josef Váchal. Terminamos el itinerario en Olomouc, dentro ya de la región de Moravia. El guía Stefan Blaho nos propone un paseo que comienza junto a la majestuosa Columna de la Santísima Trinidad, se detiene ante el reloj astronómico del ayuntamiento, corona una de las torres de la iglesia de San Mauricio y concluye en la catedral de San Wenceslao, a dos pasos del extraordinario Museo Archidiocesano. Nos despedimos de este Vaticano checo en el palacio arzobispal, cuya guía, Helena Horecká, nos conduce por suntuosas salas, vinculadas con momentos cruciales de la historia europea.

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