La "hora más gloriosa" para Europa: la OTAN busca un nuevo camino para su defensa en la cumbre en La Haya
- Europa se enfrenta al desafío de un posible vacío de seguridad estadounidense y aumento del gasto en defensa
- Directo: cumbre de la OTAN y guerra en Ucrania


Estados Unidos, con su presidente Donald Trump a la cabeza, regresa a la cumbre anual de la OTAN con un mantra que lleva tiempo transmitiendo a sus aliados europeos: gasten más en defensa. El debate, que ha llegado finalmente a suelo europeo, ha puesto sobre la mesa la disyuntiva de aumentarlo a costa de una reducción del gasto social, o renunciar a ello a cambio de enfrentar el recelo y la crítica estadounidenses.
Ante esta disyuntiva, conviene recordar las palabras del ex primer ministro británico, Winston Churchill, y preguntarse sobre si ha llegado el momento para Europa de llevar a cabo su "hora más gloriosa" para defender la seguridad y valores de su continente.
"Deberíamos haber empezado a fortalecer nuestra postura debido a Rusia y otras amenazas, no solo por Estados Unidos", afirma el analista de investigación sobre relaciones transatlánticas del European Union Institute for Security Studies, Giuseppe Spatafora. "Con EE.UU. potencialmente fuera de escena tenemos mucho más por hacer, pues nos encontramos en una situación de seguridad difícil", reitera. El analista se refiere a las especulaciones que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, negó tajantemente en abril: su país no se plantea abandonar la Alianza.
Europa llega a la cita con un presidente estadounidense que no se cerraría a transferir la protección del continente a sus naciones, según se desprende de las declaraciones de Trump sobre el gasto militar, aunque la opinión es muy dispar entre los 32 países miembro. "Al priorizar el gasto militar se obvian otras formas de abordar las cuestiones de seguridad, como la financiación de los presupuestos de ayuda internacional o la protección del clima. Todos esos son factores que también contribuyen a la inestabilidad en todo el mundo", subraya el Director Ejecutivo de Científicos por la Responsabilidad Global, Stuart Parkinson.
Discrepa el experto en defensa del Instituto Klingendael, Dick Zandee: "El objetivo a largo plazo es que podamos defendernos por nuestra cuenta, porque todos saben que no se trata solo de Trump, sino que existe la tendencia de que China se está convirtiendo en una potencia mundial y, por lo tanto, Europa ocupará un lugar menos destacado en la agenda estadounidense".
Estados Unidos: así nos ven
Para el Gobierno de Trump, los países europeos carecen de una capacidad real para promover o defender sus compromisos y aspiraciones exteriores. A su juicio, bajo una ilusión de unidad, han creado una comprensión utópica de las relaciones internacionales.
"Si observamos las declaraciones realizadas a partir de 1996, la OTAN se ha reafirmado como una alianza centrada en la ideología y la democracia cuando esta se centraba históricamente en la geografía", rememora el director de investigación del American Ideas Institute y autor del concepto de 'OTAN latente', Sumantra Maitra. "También es una de las razones por las que los países de Europa Occidental gastan menos que los del Este, pues no sienten que se enfrentan directamente a una amenaza de Rusia", argumenta.
Por lo pronto, los gastos militares en la mayoría de los países de la Unión Europea han seguido una larga y pronunciada pendiente descendente desde finales de los 80, con un promedio de un 1,3% del PIB antes del estallido de la invasión rusa. Esas décadas de subinversión son vistas por Washington como un lastre del que no quieren responsabilizarse.
Sin ir más lejos, durante la reciente intervención estadounidense para reabrir la ruta marítima del Mar Rojo (por ella pasa el 40% del comercio entre Europa y Asia), el vicepresidente J.D. Vance alegó en un mensaje filtrado de Signal que odiaba "salvarle el pellejo a Europa".
"Hay estadounidenses que no quieren tener nada que ver con Europa y querrían que EE.UU. simplemente se retirara de la OTAN, pero esta no es la política [de una 'OTAN latente']", corrige Sumaitra. "Esta dice algo muy sencillo: ustedes [Europa] gastan en infantería, logística, blindados y todo eso, y nosotros [Estados Unidos] en energía naval y nuclear. Es una distribución equilibrada que permitiría a Estados Unidos seguir unido a Europa", concibe.
Sumaitra defiende que Estados Unidos y Europa están vinculados por parentesco y cultura. "Hay divisiones sobre cómo se mantiene esa alianza, pero no son rivales. Tampoco preveo una situación en la que haya otra civilización que salve a Europa si Estados Unidos se va o, al menos, no de forma gratuita", considera.
Ante la actitud de reprimenda de la Casa Blanca hacia sus aliados, alcanzar la cifra del 5% se ha convertido en la condición de Trump para mantener las cordialidades. Por contra, Europa tendría que asumir un mayor endeudamiento o recortar el gasto social si quiere cumplir esa expectativa, algo que rechaza, entre otros, España.
"Esto ya está sucediendo en países como Reino Unido", recuerda Parkinson. "Sus aumentos del gasto militar hasta ahora se han financiado con el presupuesto de ayuda internacional, algo que a su vez aumenta la inseguridad en todo el mundo", advierte.
Comprender las prioridades e intereses de la seguridad
Frente a la amenaza rusa que concibe la OTAN, las medidas que Europa ha considerado hasta el momento pueden no ser suficientes de forma individual. Los Gobiernos europeos han de tener en cuenta todas las variables para un modelo de seguridad unificado, así como los intereses de cada país.
"El debate aquí es: ¿realmente es necesario aumentar la seguridad al nivel de la OTAN?", cuestiona Parkinson. "De primeras, muchos expertos han dicho que Rusia apenas es capaz de mantener su guerra contra Ucrania, mucho menos iniciar una contra la OTAN. Además, el gasto militar no es una forma muy eficaz de mantener una economía sostenible. Aunque puedan señalar que estamos trabajando en la industria manufacturera, si gastaran el dinero en salud o educación se crearían más empleos", reflexiona.
De momento, las estructuras de mando y control de la Alianza son la columna vertebral de la defensa europea. En la Unión Europea, los instrumentos de política industrial militar, por no hablar de los préstamos y las subvenciones, son esenciales para organizar el rearme entre todos sus miembros.
"Incluso con una menor presencia estadounidense, la OTAN incluye una estructura militar integrada y un proceso para armonizar la planificación de la defensa entre los ejércitos europeos", recuerda Spatafora. "Para que el impacto de la retirada estadounidense sea el menor posible, podemos reformar parte de sus estructuras. Mientras, otras actividades pueden desarrollarse fuera de la OTAN, como los marcos regionales y, cuando corresponda, a través de las estructuras de la UE", incide.
Ante todo, Europa no puede permitirse grupos exclusivos de "grandes Estados" que marginen a las pequeñas capitales. El Viejo Continente necesita una estructura institucional en la que diferentes Estados participen en distintos grados en la seguridad conjunta, pero en todos los ámbitos políticos y sin la restricción de la unanimidad.
"En caso de una situación de conflicto que lleve a una confrontación con Rusia, países como Hungría o Eslovaquia podrían no votar a favor de activar la maquinaria militar de la OTAN", admite Zandee. "Por eso vemos en Ucrania la llamada 'Coalición de los Dispuestos', así como otras formaciones que ya existían. Aunque creo que es prudente que la mayoría de estos formatos también estén integrados de alguna manera en la OTAN, pues no se puede decir que se tiene disponible un conjunto de fuerzas para un formato regional, pero no para la Alianza", distingue.
Defender Europa sin Estados Unidos
Lo cierto es que en Europa, y como declaró en febrero el ahora ministro en funciones de Asuntos Exteriores neerlandés, Caspar Veldkamp, "todos nos hemos convertido en gaullistas". La reticencia hacia Washington es palpable.
"Estamos en un punto en el que la dependencia de EE.UU, independientemente del presidente, tendrá que disminuir", admite el profesor en la Escuela Solvay de la Universidad Libre de Bruselas, Guntram Wolff. "Los europeos debemos intensificar nuestra lucha y ser capaces de defender este continente por nuestra cuenta, y eso es algo realmente factible", asevera.
La invasión a gran escala de Ucrania ha sido un paso hacia la madurez para muchos países europeos. Así lo confirma el firme apoyo financiero, militar y diplomático a Kiev desde 2022. Pero la transición es compleja. Europa aún carece del músculo militar necesario para una defensa sólida y unificada. Además, Estados Unidos provee a Europa de logística, inteligencia y tecnologías de vigilancia y reconocimiento, esenciales para mantener un hipotético frente contra Rusia.
"Podemos y debemos, al menos a corto plazo, seguir importando la tecnología que necesitamos de Estados Unidos", concibe Wolff. "Al mismo tiempo, necesitamos invertir en la capacidad de producir estas tecnologías a nivel nacional para evitar una dependencia excesiva de Estados Unidos", resalta.
Europa requerirá de una imponente demostración de voluntad política pero también debe ser consciente de los costes, como ceder soberanía política o romper con el tabú de la política de bienestar. Los Estados fronterizos con Rusia podrán aceptarlo; aquellos más al oeste se mostrarán indudablemente renuentes.
"Los países del norte y este de Europa, que ven una amenaza muy inminente y tienen bajos niveles de gasto público, están impulsando importantes inversiones en defensa", distingue Spatafora, quien también recuerda que "existen algunas formas de gasto en defensa que pueden tener un impacto más amplio en la sociedad, como las tecnologías de doble uso [civil-militar] y el fortalecimiento de infraestructuras críticas, que pueden mejorar las condiciones económicas", considera.
Con todo, Parkinson no es favorable a esta perspectiva: "Si realmente se quiere obtener beneficios de investigación sanitaria, se invierte en sanidad; si es en tecnologías civiles, se hace por lo civil. No se invierte indirectamente a través del ejército, pues su l I+D se centra en sistemas de armas; sería una forma muy ineficiente de obtener los otros beneficios", concluye.