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El estrecho de Ormuz, en el punto de mira: por qué es clave para el petróleo y cómo afectaría su cierre a los precios

El cierre del estrecho de Ormuz dispararía el coste del petróleo y del gas

Los ojos de medio mundo miran ahora a Oriente Próximo y se concentran en un punto del Golfo Pérsico. El parlamento de Irán ha pedido el cierre del estrecho de Ormuz como respuesta a los ataques de Estados Unidos este fin de semana al corazón del programa nuclear iraní.

La decisión, que depende del Consejo Nacional de Seguridad de la República Islámica, es una de las principales bazas de Irán en el conflicto por su potencial impacto en la economía global, pero su uso comporta riesgos también para los persas por su dependencia de China.

A continuación, recogemos las claves para entender la importancia estratégica del estrecho de Ormuz y los escenarios sobre la mesa en un momento en el que los expertos aseguran que la incertidumbre es "radical".

Claves de un posible cierre del estrecho de Ormuz por el conflicto entre Israel e Irán

Qué es el estrecho de Ormuz y por qué es tan importante

El estrecho de Ormuz es el paso del Golfo Pérsico al Golfo de Omán y, por lo tanto, vía habitual para los barcos que salen de cinco de los diez principales productores de petróleo del mundo: Irak, Irán, Kuwait, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.

Por este cuello de botella hacia el mar Arábigo, de unos 50 kilómetros en su punto más angosto, fluyen más 20 millones de barriles de petróleo diarios, lo que equivale al 20% del consumo mundial de líquidos de petróleo, según la agencia de información sobre energía de los Estados Unidos (EIA, por su siglas en inglés), que advierte que existen "muy pocas alternativas" para la exportación desde dichos países si el estrecho se cierra.

Como exportador de petróleo, el principal afectado es Arabia Saudí, de donde previene casi el 40% del petróleo que pasa por Ormuz. No obstante, este país cuenta con un oleoducto como alternativa para el transporte hacia fuera de la península, aunque no podría hacerlo al mismo ritmo.

La EIA cuantifica también que una quinta parte del comercio mundial de gas natural licuado pasó por Ormuz en 2024, la mayoría de los cargueros tenían origen en Catar.

¿Qué escenarios se abren ahora?

El control sobre el estrecho de Ormuz permite a Irán golpear (o amenazar con golpear) los mercados internacionales de la energía. Y es que, como pudo verse con la invasión de Rusia a Ucrania o en otras muchas guerras antes, las crisis energéticas acaban repercutiendo en los precios y en la economía en general. Pero esos vasos comunicantes que caracterizan al comercio global también afectan a los iraníes.

"Un cierre total del estrecho yo creo que es muy poco probable porque a Irán tampoco le interesa. El país depende de exportar productos, sobre todo energéticos, a través de Ormuz y si lo cierra totalmente (…) se estaría haciendo una especie autosabotaje", afirma el doctor en economía por la Universidad Camilo José Cela, Juan Vázquez, que sí prevé "ataques selectivos" a las embarcaciones estadounidenses o con destino a Estados Unidos, una estrategia que ya se ha visto en el estrecho Bab el-Mandeb por parte de los hutíes de Yemen con cierta eficacia.

Otro motivo de peso en contra de un cierre total del estrecho es Pekín, aliado de Irán en el pulso con Washington. La mayor parte del petróleo transportado por el estrecho de Ormuz acaba en mercados asiáticos, principalmente China (el 38%), pero también a la India, Japón y Corea del Sur. De hecho, el Gobierno de Xi Jinping ya ha instado este lunes a "evitar una impacto en el desarrollo económico mundial" y "promover la distensión de los conflictos".

"La economía China ya no está como para aguantar tantos shocks. Esta puede ser la ventaja que podamos tener los países europeos occidentales que dependemos de ese petróleo que sale por el estrecho de Ormuz", ha valorado el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València, Santiago Carbó, en una entrevista en ‘La hora de la 1’.

¿Cómo afectaría el cierre a los precios de la energía?

Pero si la República Islámica se decidiera por dar un golpe en la mesa y cerrar por completo el estrecho, como recomienda su parlamento, "probablemente veamos cómo el precio del petróleo llega a 100 dólares el barril con bastante facilidad y hasta los 130 dólares".

Así lo ha advertido el doctor en finanzas y director del máster de riesgos de la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE), Luis Garvía, en una entrevista este domingo en el canal 24 horas, una estimación que coincide con la de otros analistas en Estados Unidos. Goldman Sachs, por su parte, ha avisado de que los precios podrían alcanzar los 110 dólares por barril si esta importante vía permaneciera cerrada durante un mes.

Exportar el petróleo y el gas por otras rutas supondría una distribución "mucho más lenta", lo que contribuiría a su encarecimiento, según Carbó, que ha señalado que las economías importadoras de energía como las europeas están especialmente en riesgo.

¿Cuál sería el efecto en la economía española?

España tiene la ventaja de contar con unos mercados energéticos "muy diversificados", tanto en fuentes como en proveedores, de acuerdo con el economista Juan Vázquez, de la Universidad Camilo José Cela. Sin embargo, la dependencia del gas qatarí ha ido en aumento desde la invasión rusa de Ucrania.

"A lo mejor [España] tiene que buscar alternativas en Estados Unidos, por ejemplo", juzga el investigador, que no cree que esta crisis vaya a tener consecuencias tan importantes para la economía como las de la guerra en Ucrania.

En todo caso, Vázquez recuerda que si se mantiene la demanda y se da una contracción de la oferta (es decir, si hay menos gas y petróleo en el mercado) esto supondrá un aumento de los precios, "independientemente del origen de tu gas o de tu petróleo". "Ahora bien, le afectará más a aquel que le corten su proveedor directo", añade.

Finalmente, Carbó sí establece una comparación con la crisis energética de 2022 para explicar que podríamos esperar en el caso de un cierre de estrecho de Ormuz y un aumento de los precios de la energía: el encarecimiento de las materias primas y, por lo tanto, del resto productos y servicios en el mercado. En definitiva, la vuelta de la inflación que significa una pérdida de poder adquisitivo para los hogares y una amenaza para la sostenibilidad de muchas empresas.

¿Qué efectos pueden observarse ya?

Pero no hace falta esperar a la reacción de Irán para empezar a observar los efectos de esta crisis. Según cuenta Vázquez, los seguros de los buques ya son más caros por la inestabilidad en la región y los ataques selectivos que llevan a cabo los hutíes en Bab el-Mandeb. Así, las embarcaciones tienen que desviarse por rutas africanas donde se exponen también a la piratería.

En cuanto a la respuesta de los mercados, lo cierto es que las bolsas europeas han cedido menos de medio punto en la jornada del lunes, mientras el encarecimiento del barril de Brent no ha llegado al 1%. ¿No hay preocupación por lo que pueda pasar?

"Lo que está ocurriendo ahora está un poco descontado ya. Es decir, el precio del petróleo ha aumentado ya en las últimas semanas y estamos a 70 y pico dólares el barril de Brent", explica el doctor en economía, que dice que habrá que ver si a la larga esto supone una huida a activos refugio como el oro y el bono estadounidense y si los valores acaban por caer. La clave, recuerda, está en qué decide hacer Irán en las próximas jornadas.