¿Por qué Trump ataca Irán ahora? Claves y consecuencias de la operación de EE.UU. en Oriente Próximo
- En los prolegómenos del bombardeo, Trump había vacilado entre amenazas y llamamientos a la negociación
- Estados Unidos ataca Irán, sigue la última hora en directo


Estados Unidos ha entrado en la guerra de Israel contra Irán con la 'Operación Martillo de Medianoche', un ataque sobre las instalaciones nucleares de Isfahán, Natanz y Fordow. Esta es la mayor apuesta en política exterior en los dos periodos de mandato del presidente estadounidense, Donald Trump, que hasta ahora había evitado intervenir militarmente en una guerra extranjera de gran envergadura.
EE.UU. ha utilizado seis bombas antibúnker GBU-57 (nunca antes usadas en combate real), lanzadas desde bombarderos B-2 en su ataque. Son los únicos bombarderos del mundo capaces de cargar y lanzar estos explosivos de gran tamaño. Con casi 13.600 kilos de peso y cerca de seis metros de longitud, es una de las armas más sofisticadas y potentes del arsenal estadounidense, preparada para perforar hasta 60 metros de hormigón armado antes de detonar, siendo la única munición que supone una amenaza real contra las instalaciones subterráneas de Irán.
Además, han disparado 30 misiles Tomahawk desde unos 640 kilómetros de distancia a bordo de submarinos y destructores.
La principal motivación del ataque
El nuevo movimiento de EE.UU. podría desembocar en un conflicto más amplio y prolongado de lo que Trump había previsto, como ya sucedió en el pasado con Irak y Afganistán, guerras que él había tachado de "estúpidas" y había prometido no verse arrastrado nunca a ellas.
Entonces, ¿por qué ha decidido atacar ahora? En los prolegómenos del bombardeo, Trump había vacilado entre amenazas de acción militar y llamamientos a renovar la negociación para persuadir a Irán de que llegue a un acuerdo para desmantelar su programa nuclear.
Tras cinco reuniones sin acuerdo a lo largo del año y el inicio del intercambio de misiles con Israel el 13 de junio, Irán seguía defendiendo que estaba abierto a negociar, pero no a reducir su actividad nuclear a cero. Una vez que Trump se convenció de que Teherán no tenía interés en llegar a un acuerdo nuclear, decidió que los ataques eran lo correcto y dio el visto bueno.
"Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán y detener la amenaza que suponía para el mundo el principal estado patrocinador del terrorismo. Esta noche puedo reportar al mundo que los ataques fueron un espectacular éxito militar. Las principales instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán han sido completa y totalmente destruidas", ha aseverado Trump en un mensaje a la nación dos horas después del ataque.
¿Podía Irán crear bombas nucleares?
En el último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la institución criticó a Irán por no entregar información creíble sobre el origen de huellas de material fisible en lugares no declarados como nucleares.
Incluso sin esta información a mano, el organismo ya conocía que el régimen persa acumulaba aproximadamente 275 kilos de Uranio enriquecido al 60%, cerca del nivel necesario para fabricar bombas atómicas (90%). La agencia atómica aseguraba que ningún país del mundo que no tenga armamento nuclear dispone de uranio con semejante pureza.
Con casi 15.000 centrifugadoras avanzadas operativas en Natanz y Fordow, según datos del Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS, por sus siglas en inglés), además de las reservas de uranio ya mencionadas, Irán se encontraba en una posición técnica que le permitiría desarrollar capacidades nucleares militares en un plazo de tiempo muy breve.
Su capacidad actual estaba en 37,5 kilogramos de uranio enriquecido al 60% por mes, que equivaldría a unos 450 kilogramos al año, cantidad suficiente para múltiples armas nucleares si su pureza aumentaba al 90%.
Con un salto de 7.583 centrifugadoras avanzadas en las plantas de Natanz y Fordow a 14.689 en total solo de 2024 a 2025, tanto Israel como Estados Unidos vieron urgente frenar el programa nuclear iraní.
¿Qué peligro tiene disparar contra instalaciones nucleares?
Disparar un cohete contra los depósitos de uranio enriquecido debidamente almacenados no representa un incidente nuclear de la misma escala que los desastres ocurridos en plantas nucleares como Fukushima o Chernóbil.
Aunque el uranio altamente enriquecido es aproximadamente tres veces más radiactivo que el uranio no enriquecido, ninguno de ellos causa un problema importante de contaminación ambiental, explica a la BBC el profesor Jim Smith, de la Universidad de Portsmouth.
Según él, son los elementos en los que se descompone el uranio cuando está en un reactor o en una bomba (productos de fisión), como el cesio radiactivo, el estroncio radiactivo y el yodo radiactivo, los que representan un problema mayor de contaminación ambiental, por lo que la operación estadounidense solo ha podido provocar fugas locales de uranio y no una reacción nuclear.
Apoyo férreo a Israel
Con la amenaza nuclear como principal excusa, Israel comenzó el 13 de junio una serie de bombardeos contra instalaciones iraníes. En una semana de ataques, varios científicos iraníes han sido asesinados, así como comandantes de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
De este modo, Israel no solo ha buscado reducir las capacidades nucleares de Irán, sino también las militares, en un contexto marcado por el debilitamiento de los apoyos principales del régimen persa en la región, como la caída de Bachar al Asad en Siria y los líderes de Hizbulá en el Líbano y de Hamás en Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha detectado el momento de debilidad de Teherán y ha aprovechado el apoyo recibido por Trump para asestar un golpe que no podía llevar a cabo sin el armamento estadounidense. Además, en los últimos días ha dejado caer la posibilidad de acabar con el líder supremo Alí Jameneí y derrocar al régimen de los ayatolás.
En su discurso a la nación, Trump ha dado las gracias a Netanyahu por trabajar junto a la Casa Blanca "como un equipo, como tal vez ningún equipo ha trabajado antes", para hacer frente a la "horrible amenaza" contra Israel.
"Con todo eso dicho, esto no puede continuar. Habrá o paz o tragedia para Irán. Mucho más de lo que hemos vivido durante los últimos ocho días (...). Si la paz no llega rápidamente, vamos a buscar esos otros objetivos con precisión, velocidad y habilidad", ha concluido Trump.

¿Habrá respuesta de Irán?
La primera reacción de Teherán a los bombardeos de Estados Unidos ha sido seguir atacando Israel, donde misiles iraníes han impactado en varios edificios de distintas ciudades.
El Ministerio de Exteriores iraní ha afirmado este domingo que Estados Unidos ha lanzado una "peligrosa guerra" contra Irán y la Guardia Revolucionaria ha afirmado que Washington se ha colocado directamente en la primera línea de agresión "al atacar instalaciones pacíficas".
Pese a que Trump ha asegurado que la operación ha sido un éxito, todavía es una incertidumbre si las bombas antibúnker han logrado penetrar al completo en las instalaciones, puesto que no hay señales de contaminación atómica en el terreno. De hecho, desde la Guardia Revolucionaria aseguran que "la tecnología nuclear y pacífica de Irán no puede ser destruida por ningún ataque", de modo que Teherán podría intentar tomar represalias y atacar "objetivos blandos" de Estados Unidos e Israel dentro y fuera de la región.
"El ataque ilegal de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares pacíficas de Irán, que tuvo lugar en las primeras horas del décimo día de la agresión militar israelí contra Irán, ha dejado al descubierto de manera inequívoca la complicidad criminal de Washington con el régimen sionista en la orquestación y conducción de una guerra contra Irán", señala el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Teherán.
Una de las repuestas más peligrosas de Teherán puede ser el cierre del estrecho de Ormuz, la arteria petrolífera más importante del mundo, por donde pasa un 20% del crudo y que generaría un problema de abastecimiento internacional.
Además, los rebeldes hutíes de Yemen han mostrado su "pleno apoyo" a Irán y han reafirmado el compromiso de sus Fuerzas Armadas "de estar listas para atacar barcos y buques de guerra estadounidenses en el mar Rojo".
La postura de la ONU y el OIEA
El ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, ha asegurado que la responsabilidad del OIEA y su director allanó el camino para la operación estadounidense. Como consecuencia, Araqchí exige a la Junta de Gobernadores del OIEA que condene el ataque a las instalaciones nucleares.
Además, Teherán ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que convoque una reunión de emergencia, que tendrá lugar este mismo domingo. "El ataque estadounidense constituye una violación de la Carta de la ONU", ha dicho en una rueda de prensa el ministro.
Ahora, tanto la ONU como el OIEA deben decidir si aceptan las peticiones de Irán y solicitan respuestas a Estados Unidos por su ataque o, en cambio, defienden la tesis israelí y estadounidense de que Teherán estaba amenazando a la región con la proliferación de armas nucleares.
La primera reacción del secretario general de la ONU, António Guterres, ha sido mostrar su preocupación por una "peligrosa escalada en una región ya al límite, y una amenaza directa a la paz y la seguridad internacionales" y ha pedido a los Estados miembros a que "cumplan con sus obligaciones en virtud de la Carta".
"No hay solución militar. El único camino a seguir es la diplomacia. La única esperanza es la paz", ha implorado Guterres.
La soledad estratégica de Irán
Pese a que Irán mantiene buenas relaciones con Rusia, con acuerdos que incluyen el envío de drones a las tropas rusas desplegadas en Ucrania, Moscú pretende cuidar sus lazos con otros países importantes de la región como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos e incluso Israel, lo que imposibilita una actuación militar de Vladímir Putin.
En el caso de China, los lazos de Pekín y Teherán se acotan al ámbito comercial, en concreto al petróleo. Países como Corea del Norte y Venezuela también son considerados aliados de Irán, pero no tienen la capacidad ni la influencia para apoyar al Estado persa en una posible guerra con Estados Unidos.
Y entre los países árabes, aunque hay medio centenar de Estados con mayoría de población musulmana, solo en unos pocos de ellos el grueso de la población es chiita, la rama del Islam en la que se inscribe Irán, lo que reduce sus apoyos a una serie de grupos rebeldes como los hutíes de Yemen, que EE.UU. ha debilitado en los últimos meses.